Saeta para Los Patios de Córdoba

Os invitamos a acompañarnos en un paseo, con la voz de una de las tres saeteras que han intervenido de fondo, por varios de los once recintos cordobeses que se han sumado este año al ciclo Los Patios en Jueves Santo. El ciclo recupera una antigua tradición de cuando estos espacios, en las hacinadas casas de vecinos, eran el ámbito de celebración de la ‘madrugá’ de Córdoba, preparándose altares ante los que se vivía y convivía, entre macetas, invitando a los vecinos y compartiendo oraciones, cantes populares del tiempo, dulces y quizá algún trago de anís o de vino.

La organización de esta tercera edición del ciclo volvió a correr a cargo del Ayuntamiento de Córdoba y de asociación de Cuidadores de Patios y Rejas Claveles y Gitanillas, con un aumento de visitantes respecto al año pasado pero sin las bullas de las grandes citas de la Fiesta de los Patios, en un ambiente recogido desde las 20.00 hasta la medianoche y la actuación de tres saeteras que fueron visitando los altares, entre ellas Inma de la Vega (en la primera foto de la información). Los Patios participantes fueron los de Aceite 8, Guzmanas 7, Pedro Verdugo 8; Plaza de San Rafael 7, Samuel de los Santos Gener 5 y San Juan de Palomares 11, cuyos detalles se pueden disfrutar en el vídeo que les dejamos.

Además, se encontraron en este ciclo de los Patios en Jueves Santo os que les ofrecemos imágenes, comenzando por la foto principal, de la saetera Inma de la Vega ante el altar de Pastora 2, y continuando con imágenes de Zarco 15 y su cuidadora, Juana Romero; visitantes posando ante el altar de Zarco 13, Celeste Almenara en Mariano Amaya 4 y el altar, con orquídeas, emblema de la casa, de Mercedes Romero, en Pozanco 6.

Curiosamente, el Patio de Pastora 2 contaba con dos altares, la capilla permanente que tiene dedicada a la Virgen de la Salud y un altar efímero con una pequeña pero impresionante talla del Señor Amarrado a la Columna de Francisco Romero Zafra. El arte también se dejaba sentir con el ecce-homo de Zarco 15, de un alumno de Antonio Bernal. Como antiguamente, el vecindario se comprometía aportando unos el cante, otros unos dulces, el de más allá sacando una botella de anís, o prestándose imágenes de relieve para la ocasión, como la dolorosa que Manuel Criado dejó a Celeste Almenara en su patio de Mariano Amaya 4