«Nachete, que te vas a hartar de escalera, gordo»

Carmen Ibáñéz e Ignacio Álvarez, padres del primer pequeño que gatea en San Basilio 14 en décadas

A lunes, 6 de febrero del 2023, por JUAN M. NIZA

Nacho muestra a su hijo una marioneta de época. Foto: CHENCHO MARTÍNEZ

Se trata de una de las mejores noticias, si no es la mejor y más esperanzadora, que han recibido los Patios de Córdoba en un largo tiempo. Y se produjo el 30 de noviembre, ya pesa cinco kilos y se llama Ignacio. Y es que si la llegada al mundo de cualquier bebé ya es de por sí una buena noticia, el primer hijo de Ignacio Álvarez y Carmen Ibáñez (patio de San Basilio 14) pone rostro a todos esos buenos deseos sobre el futuro y el relevo generacional necesario para esa Fiesta declarada en 2012 Patrimonio de la Humanidad, la más hermosa respuesta a tantos sesudos estudios que hablan de cómo se está despoblando el Casco Histórico. De entrada, será la primera criatura que gateará en ese histórico inmueble popular de San Basilio 14 después de 70 años.

Por supuesto, la casa está muy lejos de la chiquillería que tendría que alborotar sus dependencias hace siglo y medio, cuando en el edificio llegaron a vivir hasta seis familias hacinadas. De todo ello, por cierto, hay vestigios en cada rincón de San Basilio 4, con una de las cocinas mejores conservadas de la Fiesta de los Patios y con un lavadero con dos senos que era poco menos que un lujo asiático en aquellas ‘casa de muchos’ repletas de pequeños. Pero en todo caso, y es lo importante, el pequeño Nachete Álvarez ha venido al mundo con todo ese raro privilegio que supone en un Patio cordobés y ser hijo y nieto de cuidadores de estos recintos tradicionales.

Los orgullosos padres de San Basilio 14, con el último vecino llegado al Alcázar Viejo. Foto: CHENCHO MARTÍNEZ
El pequeño Nacho, con sus padres. Foto: CHENCHO MARTÍNEZ

Pero títulos honoríficos aparte, hablemos de lo que importa cuando se trata de un bebé: La criatura en más bueno que un cacho de pan, deja dormir a sus padres casi toda la noche y ya tiene cara de buena persona con solo dos meses.

Con todo el cariño del mundo, y cayéndosele la baba, el padre le decía el otro día a su pequeño: “Nachete, que te vas a hartar de la escalera, gordo”. “O no”, contestaba la madre, con igual cariño hacia el pequeño, pero en su caso teniendo más presente el esfuerzo y la esclavitud que supone mantener uno de estos recintos. Y es que habrá muchas formas de expresarlo, pero quizá ninguna mejor con menos palabras de mostrar el amor de unos cuidadores de patio hacia un hijo que tiene todo el futuro por delante.