A lunes, 30 de enero del 2023, por A. P.
Si un furtivo internauta coloca en el buscador las palabras patios clásicos de Santiago, el navegador lo conducirá hasta páginas web que le informarán de que muy cerca de que la iglesia que le da nombre al barrio se encuentra -en el número 1 de la calle Siete Revueltas- la Casa de las Campanas, propiedad de la Asociación de Amigos de los Patios y llamada así por haber albergado el inmueble una fundición de campanas.
Esta vivienda tiene dos patios, el primero es un gran jardín, parte de un palacio mudéjar del siglo XIV que fue la casa solariega de don Pedro de Montemayor, Señor de Alcaudete. Como vestigio de su grandeza sólo queda la portada de origen árabe con un arco de tipo angrelado – es decir, formado por multitud de pequeños arquitos de esta época- y el frontón decorado con bellas yeserías y por un pórtico que alterna arcos peraltados con arcos lobulados, estos arcos se asientan sobre columnas con bellos capiteles decorados. Esta fachada sobresale sobre el resto de la casa, es uno de los pocos ejemplos de vivienda de estilo mudéjar cordobés.
El pórtico se abre a un extenso patio ajardinado de paredes blancas, donde se ve el típico suelo de bolos y un gran brocal que se conserva como resto de un lavadero que ocupó antiguamente ese lugar. Una gran puerta de madera combinada con argollas de hierro, que originalmente cerraba la entrada del palacio, da paso al segundo patio, en la galería que comunica con éste se puede observar un bello artesonado de la techumbre original. El segundo patio presenta una escalera encalada con baranda de hierro por la que se accede a una pequeña azotea. Una prueba de la majestuosidad de Siete Revueltas 1 es su declaración, en 1982, como Monumento Histórico-Artístico.
La Casa de las Campanas fue adquirida por la Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses, junto al patio de la calle San Basilio 44, «con el firme objetivo de evitar que desaparecieran este tipo de edificaciones tan singulares», según apunta Miguel Ángel Roldán, presidente de la asociación. Desde 2014 lo presentan al concurso municipal de Patios si bien muchos años como Patio singular, sin entrar en competición.
«La Casa de las Campanas tiene dos patios que se comunican por una preciosa portada de arco angrelado, típica del arte mudéjar», destaca Genaro Casas, cuidador del patio junto a María Mondéjar. Ella es hermana del ilustre inquilino que ha tenido Siete Revueltas 1, Antonio Mondéjar, arte puro, maestro de miles de bailaores y embajador de Córdoba allá donde triunfó con los innumerables espectáculos flamencos de los que fue responsable. Su espíritu sigue en esa Casa de las Campanas, en la que un San Rafael porta un sombrero cordobés, como a él siempre le gustaba portar.
Cofundador de la Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses, Mondéjar pensaba en flamenco, vivía en flamenco, sentía en flamenco, tanto que quería que incluso se le entrevistase con sombrero cordobés. «Un flamenco lo es de por vida», sostenía. Mondéjar fue de los bailaores y coreógrafos más importantes que ha dado el panorama nacional y una persona que durante toda su vida estuvo comprometido con Córdoba.
En su última entrevista contaba que el cambio experimentado por la Fiesta de los Patios ha sido muy importante en todos los aspectos. «Uno de los cambios más grandes ha sido en el aspecto económico. Recuerdo aquellos tiempos en los que eran siete pesetas las que daban de premio, luego se fue subiendo. Tengo que reconocer que, aunque no tengo color político, cuando el PP llegó al gobierno municipal ayudó a los Patios, unos patios que llevan desde el año 27 funcionando y que económicamente son una fuente de ingresos muy bueno para la ciudad. Y no sólo los Patios, creo que todo lo que esté teñido de sabor andaluz le da a la ciudad una categoría que es la que tiene que tener Córdoba», relataba.
«Siete Revueltas 1 es uno de los patios más grandes de los que se presentan al concurso municipal y tiene una antigüedad que no la tienen otros patios cordobeses», insiste Genaro Casas, quien destaca «las celosías y los arcos mudéjares del siglo XIV, todo ello conservado tal cual y que la dan más vistosidad al recinto».
Genaro cuenta que el patio está dividido en dos partes, «una que es más jardín y otra que es un poco más pequeña y más tradicional, más popular», destaca. En el más amplio, en el que ha habido durante muchos años un tablao o escenario, en el que se han realizado innumerables actuaciones y otro tipo de eventos, tal y como detalla. Para Genaro, en la Casa de las Campanas «destacan sus tres cipreses, que son como las guías del recinto», un recinto en el que «las plantas están cuidadas a lo largo de todo el año», por lo que su estado vegetal es bastante bueno.
«No obstante, tenemos todo tipo de plantas que están aquí desde hace muchos años, los cipreses, limoneros, calas, la hiedra, el laurel, begonias, pendientes de la reina, jazmín amarillo, pitosporo, pacíficos, geranios y gitanillas….en fin, muchísimas, no sabría enumerar cuantas», insiste. La decoración floral «depende también del año, de cómo haya sido el clima».
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