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Santa Marina. Chaparro 3 - Alma de Patios

Santa Marina. Chaparro 3

Arquitectura moderna. Dimensión grande. Cuidadores: Comunidad de vecinos de Chaparro 3. Participó en el concurso en 2022 por 11 vez desde 2010. Máximo premio: 2º en 2013, 2017 y 2019

A miércoles, 18 de enero del 2023, por A. P.

“Si las personas que vivimos aquí retrocediéramos en el tiempo 60 años, no desentonaríamos ni un ápice en lo que a espíritu de convivencia se refiere respecto a la gente que residía aquí entonces; es el mismo espíritu, sólo que con otras caras, una convivencia que es aún más intensa en el que es el salón común de la casa, el patio”, insiste José María Ruiz, uno de los vecinos del número 3 de la calle Chaparro, inmueble edificado en 1986 “en régimen de cooperativa”, heredero de una antigua casa de vecinos conocida como La Casa del Chaparro. “Tras las obras, la disposición y estructura exterior del edificio ha cambiado, pero hemos conservado las dimensiones y la estructura del patio original. En la actualidad, la casa está compuesta de cuatro viviendas adosadas y dos pisos. Todas ellas dan al patio”, explica José María.

Chaparro 3 / Foto: Chencho Martínez

Chaparro 3 suele dar la bienvenida al visitante con un homenaje colgado en el pasillo posterior al zaguán. “Antaño, en este lugar te recibían los cántaros con el agua fresca para quien llegaba sediento y, en ocasiones, un banco o una sencilla silla de anea invitaba a sentarse para descansar a la sombra. Hoy es la galería donde colgamos esas imágenes a modo de homenaje, que un año, por ejemplo, dedicamos a las músicas que son patrimonio intangible de la humanidad –el fado, el flamenco y el tango-; otro, al cómic de Corto Maltés en Córdoba; y otro, a los patios más antiguos y señeros de Córdoba”, explica. Esas muestras expositivas, que el primer año organizaron con una serie de instantáneas “de nuestra propia convivencia en el patio”, apunta, han servido para incorporar luego elementos decorativos permanentes al recinto, como la reproducción de cartelón de 1912 que formaba parte de la muestra que dedicaron a los patios antiguos, o el cartel en tres dimensiones repleto de macetas de plástico fruto de la exposición que montaron con motivo al nombramiento de los patios como patrimonio inmaterial de la humanidad.

Los vecinos de Chaparro 3 preparan esos homenajes especialmente para la fiesta de mayo, para los días de concurso municipal, en el que comenzaron a participar en 2010, año en el que el recinto cosechó una mención especial. También ha obtenido un segundo premio, en 2013; y accésits, en 2011 y 2012. “Lo que ganamos en el concurso lo hemos invertido en mejorar el patio; por ejemplo, lo último que le hemos añadido hasta ahora es este gran arriate central, donde colocamos muchísima vegetación”, explica José María, quien añade que “la casa está construida sobre hormigón –es más, el suelo del patio es de baldosas de hormigón- y tiene mucha falta de tierra sobre la que poder sembrar, por lo que hemos ido poco a poco incorporando arriates fijos o estáticos para colocar la vegetación, como los pequeños que hay junto a las paredes”. “No te puedes imaginar –prosigue- lo que ha cambiado el patio en 20 años. Ha sido una evolución lógica, ya que ahora los matrimonios rondamos los 50 años y ya tenemos los hijos criados; antes, era un lugar de juego habitual de nuestros pequeños y había que dejar más espacio para ello”. Parte de ese espacio de juegos se lo ha comido ese gran arriate central, que han circundando por bellas cintas, “un tipo de planta muy dura y vistosa a pesar de no tener mucha flor”, insiste.

Chaparro 3 / Foto: Chencho Martínez

Las cintas forman parte de esa gran colección de más de 150 variedades florales que atesoran en ese recinto en el que es ya un emblema el gran arco interior junto al que está ubicada una mesa acostumbrada a las celebraciones vecinales, un arco teñido, como algunas otras zonas y alguna que otra maceta, de azul chaparro, “un color hecho especialmente para nosotros”. “Además de las cintas, tenemos plantas muy especiales como un jazmín de más de 20 metros de largo o un rosal enano que conseguimos en el patio de Trueque y que en dos años se ha puesto bestial”, apunta José María, para destacar otros seres vegetales a los que alimentan, como un limonero, un pomelo, dos ficus benjamina, cinco variedades de buganvillas, cactus que alcanzan los cuatro metros, “una tremenda costilla de Adán”, una diamela, hortensias… “Vamos incorporando especies según se vayan adaptando al lugar en el que las colocamos; ahora, por ejemplo, estamos introduciendo un tipo de clavel que no es de temporada”, añade. Toda esa vegetación, y mucha más, llena aún más de vida un lugar en el que, según insisten sus propios vecinos, “en el momento que  aparece un rayito de luz y de sol, inventamos algo para salir y entablar una conversación o compartir un perol o lo que se tercie”.

Chaparro 3 / Foto: Chencho Martínez

Como ellos mismos recuerdan, “el patio fue el jardín de infancia de nuestros hijos, allí jugaban todos. Y cuando los niños se bañaban, cenaban y se acostaban, salíamos los mayores y cambiábamos los juguetes por una cerveza y una buena tortilla de patatas”. Para ellos, por ejemplo, un periódico tiene otra lectura el domingo por la mañana si lo escrutas sentado en el patio con luz natural y acompañado de una buena música. “En nuestra comunidad tenemos claro que contamos con un bien intangible que está abierto a todo el que quiera disfrutarlo; por eso, decidimos participar en el concurso municipal, para compartir en él los olores, los colores, la decoración y, sobretodo, la conversación, que si, además, se acompaña con un buen vino, mucho mejor”, relata José María, quien, junto a sus vecinos, mantiene en un patio del siglo XXI ese espíritu de convivencia patrimonio de la humanidad. Como él mismo insiste, “el mismo espíritu que encontraríamos en el patio si retrocediéramos en el tiempo 60 años”.