Primer plano de 'La Regadora'. Foto: Chencho Martínez

Homenaje de Córdoba en bronce a los cuidadores de los Patios

Las tres obras de José Manuel Belmonte están situadas en barrios en los que se desarrolla la Fiesta de los Patios

A martes, 6 de junio del 2023, por A. P.

Córdoba cuenta, de momento, con tres conjuntos escultóricos en bronce que en homenaje a los Patios y a sus cuidadoras y cuidadores hay repartidos por tres de las seis rutas que el Ayuntamiento diseña para la Fiesta, “rincones por descubrir y visitar”, tal y como sentenció en la Feria Internacional del Turismo de Madrid (Fitur) 2023 la entonces concejal de Casco Histórico del Ayuntamiento de Córdoba, María Luisa Gómez Calero. De momento, porque el proyecto inicial era que como mínimo fueran cuatro esos conjuntos escultóricos obras de José Manuel Belmonte.

La primera de ellas es La Regadora, ubicada en la Puerta del Ríncón -a los pies del barrio de Santa Marina, el llamado Barrio de los Toreros– y que fue concebida después de que el 6 de diciembre de 2012 la Unesco le concediera a la Fiesta de los Patios de Córdoba el sello de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La escultura más fotografiada y con mayor presencia en las redes sociales de Córdoba, se inauguró a finales de abril de 2014, justo para dar la bienvenida al mayo festivo y desde entonces es todo un exitoso reclamo entre turistas y paseantes.

El Ayuntamiento cuenta de ella que la protagonista «representa al presente de nuestros Patios. Una gran mujer en bronce, de 1,90 metros, que con su cubo de agua cerca, riega sus macetas con una caña y una lata como es tradición.  Concentrada en la tarea pero desenvuelta y con elegante naturalidad, en ese fondo encalado y macetas de azul intenso tan propio, hace fácil un trabajo que requiere técnica, echarle tiento, paciencia y mucho cariño».

El abuelo y el nieto. Foto: Chencho Martínez

«Ataviada con una vestimenta atemporal, con una moña de jazmines en el moño, en las zapatillas y zarcillos se plasma un homenaje a la marroquinería y joyería cordobesa respectivamente. Una escena cotidiana que muchos cordobeses tienen en su retina y en sus recuerdos», añade.

La segunda en el tiempo es El abuelo y el nieto. Este conjunto escultórico está ubicado en la plaza de Manuel Garrido Moreno, en el barrio de Alcázar Viejo, una zona tradicional de patios, en la que se pueden visitar recintos durante todo el año. Este conjunto escultórico, inaugurado en abril de 2015. El Ayuntamiento destaca del mismo que representa el pasado y el futuro de una tradición centenaria. «El abuelo que, curtido por la edad, la experiencia y el esfuerzo, introdujo a su hija en la atención al patio, y el niño (su nieto) que representa a las futuras generaciones que toman el relevo trasmitido de generación en generación, una arraigada manifestación cultural cargada de valores positivos que permanecen en el tiempo», insisten desde el Consistorio.

Es un grupo escultórico formado por dos esculturas en bronce a un tamaño igual al natural. El niño desde la escalera de madera, extiende su mano para coger y colgar la maceta en la alcayata de la pared, recogiendo así el testigo y la responsabilidad de mantener nuestros patios de manos de su abuelo. Ambos vestidos con ropajes cómodos y frescos propios para soportar las tórridas tardes del verano cordobés.

El pozo de las flores. Foto: Chencho Martínez

Y la tercera escultura, de momento, es El pozo de las flores, que está situada desde julio de 2022 en la plaza Poeta Juan Bernier, en un cruce de caminos entre los barrios de San Andrés y San Lorenzo. Las protagonistas están realizadas en bronce a tamaño igual al natural. La abuela con vestido, delantal y alpargatas, que aparece sentada en una silla, está sosteniendo una maceta de geranios en su regazo, realizando el trabajo de trasplantes de esquejes y limpieza de las hojas marchitas. La niña, con un vestido rosa, sujeta una flor en su pecho, mira y aprende de su abuela como cuidar el patio, ambas conectadas en un juego cómplice de miradas.

El artista ha reconocido que es la que más sentido tiene para él y que la tenía claramente visualizada desde el principio, volcando en ella sus recuerdos infantiles. El pozo, la pérgola de fondo…. entre otros elementos, enriquecen la composición donde no falta una silla vacía (de anea) sujetada por la niña a disposición de cualquier visitante como perfecto photocall, para que se siente todo aquel que quiera y así formar parte de este grupo escultórico.