Alcázar Viejo. San Basilio 15

Ángel Araujo es un enamorado de la mineralogía como queda constancia en su patio de San Basilio 15. Y es que este recinto, en el que no falta como vigía y custodio un gran mosaico de San Rafael, cuenta con importantes restos arqueológicos y naturales, con una impresionante colección de piezas de cuarzo de la Sierra de Córdoba.

Ángel defiende que han querido que “el patio recoja un poco la esencia de Córdoba”. De esta forma, está diseñado con arcos morunos, de medio punto, cuenta con chino cordobés y entre las flores se encuentra también esa colección de cuarzos de la sierra y elementos históricos. «Son unas piezas magníficas. Todo el mundo piensa que hay que ir a Brasil a por cuarzo y aquí tenemos», añade Ángel. También hay elementos de origen romano y árabe, como una vasa y un capitolio que decoran el zaguán, o la pileta que da mayor lustre al patio. Como elemento singular, en San Basilio 15 destaca un abrevadero, pilón que data de la época romana.

Ángel cuenta a quien le pregunta por los orígenes del inmueble que la casa número 15 de la calle San Basilio, “que fue reformada en 1993”, está edificada sobre la que era la antigua taberna de El Mendrugo, “una taberna famosa en Córdoba, que en los años 60 se perdió, después de que el Ayuntamiento la declarara en ruinas, tras lo que hubo que tirarla”. Desde entonces, la nueva vivienda, con la característica singular de su piso de mármol blanco, tiene tres vivendas, dos en primera planta y una en segunda. Ángel ha querido que la casa conservara todos los restos arqueológicos de la vivienda original, por lo que, por ejemplo, en el zaguán, que tiene cinco lados, hay elementos romanos que atesoran más de 2.000 años. También conserva las antigüedades y herrajes antiguos, todo lo que es lo natural, la piedra, el hierro, el barro. Y por supuesto plantas, en el patio, Ángel tiene repartidas alrededor de 260 macetas.

Además, entre los tiestos se descubre una estancia singular con la que Ángel evoca una vieja taberna. Se trata del recinto del patio que, según Ángel defiende, es el más elegido por los visitantes para hacer fotos, una sala diseñada como el lugar perfecto para llevar a cabo las antiguas y clásicas tertulias flamenca, en la que no faltan carteles de toros ni tampoco las típicas sillas de enea. “En ella tratamos de reflejar las raíces andaluzas, algo que a los turistas les llama muchísimo la atención”, según cuenta.

En cuanto a la decoración, Ángel Araujo sostiene que intentan «que haya la mayor variedad posible de plantas», aunque «la gitanilla, que es lo típico, aquí a veces no tiene mucho espacio, al igual que los geranios”, destaca. No obstante, tal y como explica, en el recinto no suelen faltar tampoco los pensamientos, cintas “y otras muchas plantas que le dan al patio un colorido especial” en esa mezcla con el blanco del mármol.