El azahar estalla en las calles de Córdoba

Las relativamente altas temperaturas primaverales han hecho que los naranjos que pueblan las calles de Córdoba, más de 25.200 en total, abran sus flores sumergiendo algunos enclaves en un embriagador aroma, justo al comienzo de esta Semana Santa 2023. Entre estos lugares tomados por el perfume del azahar se encuentra la calle San Fernando, casi mareante por el intenso aromas, paso obligado para la práctica totalidad de las cofradías cordobesas del Domingo de Ramos de hoy, cinco de las seis en total.

Según el censo del departamento municipal de Parque y Jardines, ahora mismo en Córdoba el barrio más ‘perfumado’ sería, en relación al número de naranjos en sus aceras, el del Campo de la Verdad, con 3.662 naranjos. Le seguiría el barrio de Cañero, en donde están censados 3.119 árboles de esta especie, con el Casco Histórico a continuación, en cuyas colaciones hay 2.365 naranjos plantados en las aceras. La Fuensanta, con 1.432 naranjos; el Sector Sur, con 1.274; Levante, con 1.003, Valdeolleros, con 788 y Poniente, con 561, son los las siguientes en esta lista que se completa con el resto de los barrios e, incluso, con naranjos plantados en polígonos industriales en unas 700 vías del callejero cordobés. Llama la atención la ironía de que uno de los barrios con menos azahar sea, precisamente, el que lleva por nombre “El Naranjo”.

El naranjo se introdujo en Europa gracias al comercio que mantuvieron con oriente los emires y califas omeyas, que tras varios viajes infructuosos en los que murieron los esquejes por fin consiguieron traer a la Península Ibérica, a Al-Andalus, este árbol de lejana procedencia china y que ya había llegado ya por entonces al extremo mediterráneo oriental.

Los árboles del citrus sinensis que pueblan las aceras de las calles cordobesas, sin embargo, dan naranjas amargas, no aptas para el consumo por los insecticidas y fitosanitarios usados para la salud del árbol en un medio tan duro como es el urbano, por lo que actualmente es la empresa de residuos Sadeco la que se encarga de su recogida para la elaboración de compost. Hasta hace década y media, cuando se empleaba menos productos, la recogida de naranjas (unas 500 toneladas en toda la ciudad) salía a concurso y con ella se elaboraba mermelada de naranja amarga, una ‘cosecha’ que cada vez se hizo menos rentable para los que optaban a la concesión y que obligó al Ayuntamiento a ceder la recogida, en un principio, a entidades benéficas.